Dejé de frecuentar el “Jumbo” de Av. Cruz y Escalada – lo más parecido a un shopping (teniendo en cuenta Parque Brown) para Floresta, Mataderos y Parque Avellaneda - porque en las últimas visitas me faltaba la respiración a metros de ingresar al Easy. En el sector “insumos para automóviles” el pregnante olor a neumático “nuevecito de paquete” como dicen los latinos de Miami colaboraba para que pegara la vuelta. Las semillas y macetas modernosas del vivero al que pretendía llegar podría adquirirlas en el poco surtido pero rendidor comercio del barrio. Pero hay días que necesitamos “mega sensaciones”…hay días que queremos “estar” como otros a la hora señalada y en el lugar señalado.
No suelo ir a estrenos. He dejado pasar unos cuantos BAFICIS…tengo pendiente la visita al MALBA…en fin… he perdido la cuenta de los eventos “in” en los que estuve “out”. Las razones de mi ausencia (que por cierto no tendrían que quitarle el sueño a nadie) están más ligadas a la pereza sabatina y dominical, al desgano, que a la convicción.
Aun así quise estar atenta a la inauguración del “Dot Baires Shopping”. Mi cholulaje tuvo coto (hablando de comercios…bien podría funcionar como chivo ¿no?). Nos apersonamos con una amiga - 117 mediante - tres días después de la apertura haciendo caso omiso a un sabio consejo de arquitecto amigo que reza más o menos así: “Conviene visitar un nuevo espacio a los 15 ó 30 días, pues si la obra debió entregarse rápido, sin la debida revisión, es probable que algo caiga de arriba o bien de abajo”. Con un imaginario traje anti escombros…iniciamos la aventura. Conclusión: no me pareció tan lindo, no me pareció tan grande, no me pareció tan moderno. Me pareció igual de moderno que muchos otros shoppings de Buenos Aires. Igual de ruidoso, igual de lento, igual de complicada la simple adquisición de un helado. Eternas colas, torpes empleados…Y suponía que detalles como “un gancho donde colgar la cartera” no faltarían en la cuidada arquitectura.
La idea no es censurar el impulso de ir, la idea quizá sea manejar el nivel de expectativas que nos hacemos frente a lo que nos pintan como “increíble”, como “innovador”. En este idéntico minuto otros bloggeros estarán seguramente volcando sus percepciones. Uno de ellos, por poner un ejemplo, apeló al irónico comentario enunciando que el Dot no contó entre sus ilustres visitantes a la Reina Cristina, nuestra “shoppinera” presidenta. Sí, para cualquier mujer ávida de llevar el último grito de la moda, el centro comercial que alterará por siempre el ritmo de Saavedra ofrece 160 locales de las principales marcas. Felicito a las que puedan comprar algo en medio de semejante locura. Y desde ya…felicito a las que poseen sueldazos para hacerlo…pero no es este el espacio para llorar por el salario de una empleada del GCBA….
Rescato como factor diferencial las terrazas y jardines que ofrecen una vista panorámica y oxigenan el ambiente. Por momentos el embotamiento es alto. Es probable que regrese un día de estos para ver qué plus le adicionan las salas premiun y digital a mi peli de elección. Las diez salas no están aun habilitadas. Pero si no vuelvo no habrá lamentos. Marc Augé acuñó magistralmente la frase “no lugar” para referirse a estos espacios de transitoriedad que no favorecen un sentido de pertenencia, de familiaridad. Otro shopping ofrecerá - con sus más y sus menos - servicio y efectos parecidos. Dot Baires. Dot es por dot com…ó punto com….punto…final…
No suelo ir a estrenos. He dejado pasar unos cuantos BAFICIS…tengo pendiente la visita al MALBA…en fin… he perdido la cuenta de los eventos “in” en los que estuve “out”. Las razones de mi ausencia (que por cierto no tendrían que quitarle el sueño a nadie) están más ligadas a la pereza sabatina y dominical, al desgano, que a la convicción.
Aun así quise estar atenta a la inauguración del “Dot Baires Shopping”. Mi cholulaje tuvo coto (hablando de comercios…bien podría funcionar como chivo ¿no?). Nos apersonamos con una amiga - 117 mediante - tres días después de la apertura haciendo caso omiso a un sabio consejo de arquitecto amigo que reza más o menos así: “Conviene visitar un nuevo espacio a los 15 ó 30 días, pues si la obra debió entregarse rápido, sin la debida revisión, es probable que algo caiga de arriba o bien de abajo”. Con un imaginario traje anti escombros…iniciamos la aventura. Conclusión: no me pareció tan lindo, no me pareció tan grande, no me pareció tan moderno. Me pareció igual de moderno que muchos otros shoppings de Buenos Aires. Igual de ruidoso, igual de lento, igual de complicada la simple adquisición de un helado. Eternas colas, torpes empleados…Y suponía que detalles como “un gancho donde colgar la cartera” no faltarían en la cuidada arquitectura.
La idea no es censurar el impulso de ir, la idea quizá sea manejar el nivel de expectativas que nos hacemos frente a lo que nos pintan como “increíble”, como “innovador”. En este idéntico minuto otros bloggeros estarán seguramente volcando sus percepciones. Uno de ellos, por poner un ejemplo, apeló al irónico comentario enunciando que el Dot no contó entre sus ilustres visitantes a la Reina Cristina, nuestra “shoppinera” presidenta. Sí, para cualquier mujer ávida de llevar el último grito de la moda, el centro comercial que alterará por siempre el ritmo de Saavedra ofrece 160 locales de las principales marcas. Felicito a las que puedan comprar algo en medio de semejante locura. Y desde ya…felicito a las que poseen sueldazos para hacerlo…pero no es este el espacio para llorar por el salario de una empleada del GCBA….
Rescato como factor diferencial las terrazas y jardines que ofrecen una vista panorámica y oxigenan el ambiente. Por momentos el embotamiento es alto. Es probable que regrese un día de estos para ver qué plus le adicionan las salas premiun y digital a mi peli de elección. Las diez salas no están aun habilitadas. Pero si no vuelvo no habrá lamentos. Marc Augé acuñó magistralmente la frase “no lugar” para referirse a estos espacios de transitoriedad que no favorecen un sentido de pertenencia, de familiaridad. Otro shopping ofrecerá - con sus más y sus menos - servicio y efectos parecidos. Dot Baires. Dot es por dot com…ó punto com….punto…final…
Hola Sil!
ResponderEliminarGran relato! Estuve el domingo por el DOT y, siendo fiel a mi estilo poco ortodoxo, lo defino en una frase escueta: era un quilombo de gente!
El shopping a medio terminar hacía tediosa la llegada, la permanencia y la salida... el marmol se lucía poco, impregnado aún del polvillo de la obra en construcción.
¿Se gastaron millones de dólares en algo imponente y no pueden pasar una escoba? Ni siquiera es neglicencia, es estupidez...
Me pareció una linda propuesta lo de la terraza... aunque no es más que una buena idea para que los fumadores tengan un espacio donde dar rienda suelta a su vicio, tan limitado en bares y edificios píblicos...
Una minita medio cheta que caminaba detrás de mi le dice a una amiga: "me quedo con Unicenter, toda la vida"... y yo digo: "Me tengo que quedar con la Salada, hasta que el sueldo me de para otra cosa!"
Pero para qué me hago problema si, al final, la ropa se fabrica en el mismo lugar...
Besos!!!