domingo, 10 de enero de 2010
Crucificada en la agonía de tu adiós…
A comienzos del nuevo siglo, 2001 quizá…mi padre regresó a casa con un cd de Sandro que la estación de servicio donde cargaba el Duna regaló a sus clientes en ocasión del día de la madre…”Sandro le canta a las madres” creo que se titulaba…o “Para Mamá”. Era chica y estaba en otra…pero aun así no me perdono la falta de curiosidad de ese día. Sorpresa y tentación de apertura es el imperioso circuito que vivenciamos frente a un obsequio. Sin embargo, jamás lo saqué o sacamos de su estuche con mis hermanas para escucharlo…era una pertenencia “gronchita” a la que le dimos pronta salida (la suegra de mi hermana menor fue la afortunada “nena” que adoptó el original o copia) aliviados porque un material del estilo no desentonara con el resto de la discografía de esta familia de músicos y amantes de la música. La natural receptora debió haber sido mi madre…pero Rosa (tan maravillosa como flor hermosa...hasta tema tiene!!) tuvo una juventud nada porteña por decirlo de algún modo. Si bien llegó de Italia a los 12, nada escapaba al trabajo y al estudio y no conoció bailes ni clubes de barrio…ni discos…ni Radiolandias…pero la vida de mi madre…es otro cantar…
Estoy en mis treintas y desde ya…no soy una de sus nenas. Como artistas de los 60 y 70…sí he seguido en sábados lluviosos mucha pelis de Palito Ortega…y me gusta el género melódico…las baladas…. Sandro…sin razón aparente… no formó parte de mi capital cultural hasta este lunes 4 de enero en que lloré profundamente su partida. Conmovida como muchos por su lucha…venian a mi memoria alguna de las anécdotas que en todos estos días post transplante en algunos cronistas nos ofrecían…Sandro le borró al médico la foto que le sacó con su celular porque no salió bien peinado y porque no quiere que inmortalicen un cuerpo que ya no le responde…Sandro…se comunica escribiendo…y en sus notas pide perdón al equipo médico mendocino por no estar dando lo mejor de sí…Sandro conserva el humor…todo esto fue llegando a mi corazón…toda su grandeza…y después…después que se corrió el telón de las penurias…de la enfermedad…del deterioro…después que recordé que somos seres almicos…le abrí el telón al artista…al hombre… y me enamoré para siempre. Como en un acelerado viaje para atrás…mi mente y mis oidos acumularon esta semana la vida de un ser excepcional, un showman, un interprete visceral e intenso, un autor que conoció a la mujer como nadie, un caballero. Eterno galán que no pudo inaugurar la paternidad pero que fue un papito para todas.
Youtube fue y está siendo la plataforma de ese viaje…donde puedo verlo jóven…más viril que nunca…más gitano que nunca…con ese hoyuelo en la mejilla…la mirada de fuego custodiada por negras y tupidas pestañas…la sonrisa pícara…la boca nacida para besar.
Mi tema favorito es “Cómo te diré” y en realidad lo conocí gracias a la magistral versión de Alfredo Casero - quien el viernes 8 de enero pudo demostrar su inmenso amor por Roberto Sánchez en “The Casero Experimendo, columna que tiene en La Razón respondiendo conmovedoramente un “¿Qué será de nosotros?” - cuando Ale, otra de mis hermanas me regalara para un cumple “Casaerius”, delirante cd que parodia y homenajea esa época de pantalones pata de elefante…poleras…camisas con bolado...y amores desgarrantes… polo opuesto de estos encuentros edulcorados. (ver rutas).
“Cómo te diré que aquel amor que había lo perdí…ay cómo te diré…que ya no quiero más saber de ti…que ya…que ya no quiero más saber de ti” es la estrofa final de la canción…
Sandro llegó a mi vida el día de su partida…y esta paradoja me genera cierta culpa…me enoja…me lleva a preguntarme porqué demoré mi amor hacia él hasta la instancia de lo irremediable…
Si pudiera compensaría mi falta cantandole: “Cómo te diré que aquel amor que no había lo gané…ayyy cómo te diré….que hoy quiero más saber de ti… Sandro,,,,que ahora quiero más saber de ti”
http://www.youtube.com/watch?v=JrXROpqnZsI (Alfredo Casero)
http://www.youtube.com/watch?v=3Z9wSRJ9WIY (Sandro)
Recomiendo conocer el tema que le compuso especialmente Hugo Marcel: “Ese pibe de Alsina”
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